Alea iacta est

Alea iacta est

miércoles, 3 de septiembre de 2014

(Delante de un puerto)

Me aterra cualquier cosa sin ti. Es el miedo más fuerte que jamás haya vivido, tanto que incluso olvido respirar. Siento unas manos invisibles que aprietan mi garganta y creo que en cualquier momento vomitaré mis sentimientos y luego ya no quedará nada dentro mío, ni siquiera yo misma. Es ese dolor en las venas, que parece como si la sangre se hubiera cansado de correr, siempre en círculos, sin llegar a ningún lado. 
No quiero hacer de ésto un poema, ni mucho menos otra carta. No quiero que suene bien, quiero que suene auténtico. Ojalá pudieses entender que te amo, y no voy a usar la expresión ''como nunca he amado a nadie'', sino ''como no quiero amar a nadie más ''. A veces los porqués no existen, sólo existen los qués. 
Me cuesta -y me niego- a creer que tanto amor va a quedar tirado, borrado y olvidado. Me parece excesivamente cruel por mi parte, por la tuya y por la del Universo. Sé que la frase ''cuando una persona desea algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño'' no es verdad, que depende de uno mismo, de todos los involucrados (y a veces de personas fugaces) y del azar. Pero desearía que fuese realidad.
No puedo expresar con palabras el dolor que me provocas, ni tampoco la felicidad. No puedo explicar lo que siento al verte, al oírte, al rozarte, porque no me creerías. En fin. Sólo pido una oportunidad.
Es todo lo que quiero, y estoy dispuesta a endeudar mi alma de por vida, si con eso la consigo. Hipotecar mi vida por ti. Y lo dejo por escrito, porque los contratos no se rompen.

Confío en ti. O mejor dicho: quiero confiar en ti.
MARTA

domingo, 27 de julio de 2014

Lluvia

Eres como la lluvia.
Porque me gusta mirarte, pero no que me salpiques.
Porque me hielas en una tarde de verano.
Porque nunca estás cuando te quiero
y cuando no te quiero, nunca faltas.
Porque eres imprevisible.
Porque dueles.
Porque te amo.
Porque no me amas.
Porque no me abrasas en una noche de invierno.
Porque tus ojos no son azules,
pero hacen que mis ojos lloren.
Porque
               me atormentas.



miércoles, 23 de julio de 2014

Rayitos de sol

Abrí los ojos entre sábanas blancas, bañadas por un tono anaranjado, y noté tus manos en mi vientre, nuestras piernas entrelazadas, mi cabeza en tu pecho; sentí como las lágrimas acudían a mis ojos. Gotas de felicidad: esas son las más saladas de todas. Por la ventana se colaban rayitos de sol y me pareció que toda la tristeza del mundo se estaba evaporando, dejando al fondo del mundo la alegría. Pero sólo me lo parecía. 


sábado, 19 de julio de 2014

2014

A principio de año escribí una lista de propósitos, específicamente, 13. Algunos ya los he cumplido, otros intentaré cumplirlos en los próximos 5 meses y otros a lo largo de mi vida. Pero al final, la hoja estará tachada entera, porque de eso de trata la vida. De cumplir propósitos. 
Tengo 15 años, muchos errores y ningún arrepentimiento. Estoy de orgullosa de eso porque la he cagado mucho, con muchas cosas y con muchas personas pero con el tiempo todo acaba por pasar, y te termina llevando a lugares que nunca habrías imaginado y al final das gracias a esas equivocaciones, porque lo son todo. Son lecciones y son conductoras de tu vida y ojalá el destino final sea un sitio muy bonito. También lo son las personas que conocemos, las que nos cambian y las que sabemos que no podríamos dejar de quererlas ni en mil años. Estuve enamorada de alguien, y ahora lo estoy de otro, pero ese alguien era tan necesario para mí... Y ahora es un gran amigo y un gran pilar. Aunque duela, no debemos olvidar a quiénes quisimos. La felicidad es la pregunta y la amistad es la respuesta. Joder. Yo baso mi vida en el amor, porque son 437 días queriéndole y espero que sean muchos más, pero a pesar de eso, las dos veces que sé que puedo afirmar que fui (y soy) feliz es gracias a la amistad. Y sé que eso a lo que llamo felicidad no será permanente, porque ya me hundí antes y tocar fondo es una gran mierda, pero hacerlo por segunda vez después de haber volado es mortal, es una depresión en bucle... Pero espero no olvidar que existe la luz, que la he visto, que la he tocado y que siempre podré volver a alcanzarla, que el tiempo pone a cada quien en su lugar. 
Ojalá sepa convertir lo malo en bueno, y ver siempre el lado positivo. Ojalá siempre me rodeen risas y ojalá crezca hasta convertirme en algo admirable, para los otros y, sobre todo, para mí. Ojalá no olvide que todo son privilegios y que, dentro de muchas cosas, soy afortunada.



lunes, 3 de marzo de 2014

A veces, en sueños, cruzo el túnel con la vieja furgoneta y me siento infinito. A veces, en la realidad, cruzo la estación a pie y me siento jodidamente insignificante. La estación siempre está vacía, incluso cuando hay gente. Sus cuerpos están tan llenos de mierda, sus almas tan sucias y sus mentes tan vacías, que es como si no existiesen. A decir verdad, yo también tengo el cuerpo lleno de basura, el alma sucia y la mente vacía. Al menos desde que te fuiste.
Yo antes creía en el mundo. Creía en ti. No era feliz, cierto, pero anhelaba serlo. ¿Y ahora? Ahora todo es soledad. Y es que ni siquiera el alcohol puede reemplazarte, aunque sea temporalmente.
La soledad no es lo mismo habiéndote conocido. Antes era no estar con nadie. Ahora es no estar contigo. Y no sé. Por mucho que me acostumbre, sigue doliendo. Y eso es malo, porque significa que sigo existiendo.


jueves, 2 de enero de 2014

Me gusta el frío de Madrid.

Me pierdo por las calles de Madrid con mi vieja sudadera pero desnuda. Desnuda de todo tipo de corazas, dejando al descubierto cuán débil soy. Los labios cortados por aquellas palabras que nunca dije. Los ojos vacíos por tu ausencia. Sé que volverás. Pero también sé que volverás a irte. Y cuando lo hagas, será para siempre. Y entonces, las lágrimas se amontarán alrededor de mi roto corazón y el frío de vivir sin ti las congelará. Y se quedarán ahí, para siempre. Y nadie podrá derretirlas.

lunes, 9 de diciembre de 2013

En la lejanía de la música

A veces,
cuando la locura se apodera de ti,
me quieres.
A veces,
en la distancia de la soledad,
me extrañas.
A veces,
como la luna al cielo,
me deseas.
Pero sólo a veces.

A veces,
cuando la serenidad se apodera de mí,
te quiero.
A veces,
en la lejanía de la música,
te extraño.
A veces,
como el agua al mar,
te deseo.
Y a veces...
también.

***